Muchas personas que sufren de hiperhidrosis se sienten olvidadas. No hay mucha investigación disponible sobre esta afección y no parece que se hable mucho de los avances en el tratamiento. ¿O sí? La situación ha cambiado. La investigación y el desarrollo médicos han dado lugar a una nueva generación de tratamientos para la hiperhidrosis que ofrecen esperanza a quienes la padecen. Esta publicación analizará estos tratamientos, lo que dicen las investigaciones sobre ellos y cómo podrían afectar a quienes los padecen en el futuro.
1. Agentes tópicos para la sudoración excesiva
Técnicamente, los agentes tópicos no son nuevos para la hiperhidrosis. Después de todo, los antitranspirantes a base de aluminio con prescripción médica han sido un tratamiento básico para esta afección desde el principio. Sin embargo, una nueva generación de agentes tópicos ha empezado a surgir como una opción de tratamiento viable: las toallitas anticolinérgicas tópicas.
Los medicamentos anticolinérgicos, en forma de píldora o cápsula, son una opción habitual para quienes los padecen, pero ahora pueden administrarse por vía cutánea. En junio de 2018, la FDA aprobó el uso de toallitas con tosilato de glicopirronio, como Qbrexza ™ y Dermira, para quienes padecen hiperhidrosis axilar (sudoración excesiva en las axilas).
Un estudio de fase III, aleatorizado y doble ciego, reveló que estas toallitas anticolinérgicas fueron altamente efectivas para reducir la gravedad de la hiperhidrosis después de cuatro semanas de uso. Una de las grandes ventajas de estas toallitas es que tienen menos efectos secundarios que los medicamentos orales, ya que no requieren ingestión.
Normalmente, los pacientes deberán aplicar las toallitas humedecidas una vez al día, sobre una zona auxiliar limpia y seca. Una vez aplicadas, la zona no se puede lavar. Estas toallitas son una forma práctica y no invasiva de tratar la hiperhidrosis.
2. Terapia de radiofrecuencia con microagujas fraccionadas (FMR) para la sudoración excesiva
El nombre de este tratamiento es, francamente, un poco complejo y un poco técnico. Sin embargo, los investigadores lo han señalado como un posible punto de inflexión para los pacientes con hiperhidrosis gracias a algunos resultados prometedores observados en estudios. Aunque parezca sacado de una película de ciencia ficción, el procedimiento en sí no es demasiado difícil de entender.
Funciona mediante la aplicación de microagujas aisladas que calientan las capas inferiores de la piel (dermis profunda), lo que provoca constricción y tensión en la piel. También destruye las glándulas sudoríparas, minimizando o incluso eliminando la transpiración en la zona. Las agujas aplican el calor de forma muy localizada, evitando así la destrucción de las capas superiores y circundantes de la piel.
La terapia FMR dura 20 minutos, requiere anestesia local y es irreversible. Una vez administrada, las glándulas sudoríparas no se pueden recuperar (como la extirpación quirúrgica o el corte de las glándulas).
En cuanto a los resultados, la RMF parece muy prometedora. En un informe , los sujetos que se sometieron al procedimiento experimentaron una mejoría de entre el 75 % y el 80 % de los síntomas en las zonas seleccionadas. Algunos pacientes notaron una mejoría tan solo un día después del procedimiento o en una semana. Sin embargo, otros no observaron mejoras significativas hasta 6 meses después.
La terapia FMR también parece producir resultados duraderos. El Dr. Sunil Chilukuri, FAAD, dermatólogo residente en Houston, Texas, autor del informe, afirmó:
Algunos pacientes informaron que seguían viendo una diferencia entre 4 y 8 meses después de su serie de tratamientos, y en una clínica, informaron haber visto resultados hasta 3 años después de la serie de tratamientos de un paciente.
Afortunadamente, los efectos secundarios de la FMR suelen ser leves, siendo los más comunes un ligero edema (retención de agua), enrojecimiento y dolor que duran unos días.
La microaguja se está convirtiendo en un tratamiento cada vez más popular y accesible en las clínicas dermatológicas. Sin embargo, el costo del procedimiento es más elevado en comparación con otros tratamientos para la hiperhidrosis.
3. Terapia láser como tratamiento de la hiperhidrosis
No es necesario extendernos demasiado en este tema, ya que los tratamientos con láser no son nuevos. Cirugía ocular con láser, depilación láser, liposucción láser... existen en muchas modalidades. Sin embargo, la terapia láser como tratamiento para la hiperhidrosis no está en el radar de la mayoría de los pacientes. Pero debería estarlo.
Se ha demostrado que la terapia con láser es un tratamiento eficaz para la hiperhidrosis y es probable que en el futuro los dermatólogos la recomienden más a los candidatos adecuados.
En el contexto de la hiperhidrosis, la terapia láser funciona destruyendo permanentemente las glándulas sudoríparas (como la cirugía y la FMR) para que las regiones afectadas dejen de transpirar. La opción estándar es un láser de 1064 nm. Normalmente, los pacientes reciben anestesia local y el procedimiento dura poco menos de una hora.
La terapia con láser para la hiperhidrosis implica un proceso de tres pasos:
- Localización de las glándulas sudoríparas mediante yodo y almidón.
- Creando una pequeña incisión y luego irradiando las glándulas afectadas con el láser.
- Eliminación de los restos de las glándulas
Hasta la fecha, la terapia láser ha demostrado una alta eficacia en el tratamiento de la hiperhidrosis. Dos estudios , con un seguimiento de 33 pacientes durante seis meses, revelaron que una sesión de terapia láser redujo significativamente la sudoración excesiva. Se presentaron algunos efectos secundarios, como hinchazón, hematomas y entumecimiento, pero en general fueron leves y desaparecieron en una o dos semanas.
Después de seis meses, se demostró que los láseres habían reducido la sudoración hasta en un 78%.
Es probable que la terapia con láser esté disponible en una clínica de dermatología cerca de usted, pero es importante preguntar si el láser y el cirujano que lo aplica son adecuados para su hiperhidrosis.
Tu futuro se ve seco
La disponibilidad de tratamientos para la hiperhidrosis ha parecido, en ocasiones, limitada para quienes la padecen, pero el horizonte se vislumbra prometedor. Están empezando a llegar al mercado tratamientos nuevos y mejorados, que ofrecen más opciones para tratar este trastorno.
En el pasado, quizás haya sentido que su condición (y sus desafíos) eran en gran medida ignorados por la investigación. Sin embargo, la aprobación de nuevos tratamientos y la readaptación de los existentes deberían darle la esperanza de que algún día la hiperhidrosis será mucho más fácil de controlar que ahora.
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